Recuerdos
de los primeros argentinos en la Davis. (II)
Héctor
Cattaruzza nuestro mejor jugador en 1937 y 1938 no fue el mejor
exponente de la historia tenística argentina, pero sí, el de mayor
responsabilidad y presencia física.
Hallándose
en Londres con sus compañeros de equipo de Copa Davis en 1928, el día
anterior al comienzo de las confrontaciones frente a Inglaterra, llegada
la noche se alejó del hotel donde se hallaban –sin autorización del
capitán, Edwin French- para disfrutar de la niebla de la city. Muy
pronto divisó un cartel luminoso anunciando la realización de un
concurso para parejas de baile y con casi todos los ritmos musicales.
Asimismo, se indicaba que la recompensa para los ganadores era de 8 mil
guineas.
El
multifacético atleta argentino, era buen bailarín del ritmo preferido
en Buenos Aires, pero... ¿y la compañera?
Una
agraciada dama que había solicitado un taxímetro, recibió un elogio de
un joven, quien expresó “She is like a greap”, y ésto en criollo
puede traducirse como “es una uva”. Cattaruzza se acercó a la
morocha de ojos azules, esbelta y vivaz para saber si era de la zona de
Cuyo, Argentina.
Sin
vacilar, la dama repuso: -"caballero, yo soy española y muy española,
retrechera y salerosa”, y adelantándose unos pasos, brazos en jarra y
zapateando con gracejo sin igual, exclamó: -¡Olé!, y extendiendo su
decir galano expresó: “Si eres argentino estás identificado con el
tango, modalidad que no domino ya que me luzco con el pasodoble".
Entablado
el diálogo convinieron en ensayar un buen rato. Se formó la pareja y
hubo inscripción.
Apuntaba
el alba cuando el indisciplinado tenista regresó al hotel. El muy
severo capitán lo excluyó del equipo.
Al
día siguiente Héctor tomó ubicación en las gradas como espectador, y
se le oyó decir, tal vez emulando a Ricardo III (Shakespeare): -¡cedo el
puñado de guineas ganadas si me incorporan al court!.
Mientras
tanto, los propietarios del salón bailable sostenían que el jurado
(mixto) obró con parcialidad, al elegir a la pareja latina que danzó el
2x4. Y que fue por los azules ojos de la dama española, y los verdes
del apuesto tenista argentino...
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