Edda Buding y mi billete de 5 pesos
Yo empecé a jugar tenis a los 3 años, con una
paletita de ping - pong, contra los roperos de la casa; entonces mi
madre un día le dijo a mi padre que no aguantaba más el
"tac-tac-tac" permanente contra las paredes, así es que
decidieron comprarme una raquetita y una pelotita para que practique los
fines de semana, y que en casa "los deje tranquilos".
Así fue que comenzamos a ir todos los sábados y los domingos al
Buenos Aires Lawn Tennis Club, y yo ni bien llegaba, "me
internaba" en el frontón desde la mañana, y jugaba todo el día. No
almorzaba, para que nadie me quitara la pared... y por la noche,
todos los fines de semana era la misma historia: entrábamos al
departamento, y me tiraba panza abajo sobre la alfombra a llorar... del
cansancio, del hambre... no quería bañarme ni nada. Y mis padres se
peleaban reprochándose uno al otro, que no se me podía dejar todo el día
sin comer, y ahora quién la va a bañar... bueno... el lío de costumbre.
Como a los 12 años, "me había pasado de revoluciones" de
tanto entrenar y jugar, y me vino una taquicardia, que determinó que el
cardiólogo me prohibiera jugar tenis durante un año en forma absoluta.
Entonces comencé a jugar ping - pong con la mano izquierda y luego de
ese año sin tocar la raqueta, el médico me permitió volver al tenis.
Esa fue la época en la que Edda Buding vino a la
Argentina; su padre, le comentó al mío (en alemán, ya que la familia
Buding "no hablaba una papa de castellano", y mi padre hablaba
un correcto alemán), que estaba preocupado porque su hija, que era una
muy buena jugadora, tenía que jugar en la primer rueda del
Campeonato del Río de la Plata contra una chica que "dicen que es un
fenómeno".
Al consultarlo mi padre por el nombre de "ese fenómeno", el
Sr. Buding lo desconocía; entonces inmediatamente lo tranquilizó, diciéndole
que en la Argentina no había ningún fenómeno que le pudiera "hacer
nada" a su hija. Juntos fueron a ver el cuadro, y con gran sorpresa, mi
padre vió que "el fenómeno era yo". Se echó a reir y
le dijo: -"Es mi hija... tiene 12 años". (yo me había anotado
en el torneo sin decirle nada a nadie).
Era la época en que habían salido unos billetes nuevos de 5 pesos, y
mi padre me prometió que si me portaba bien en la cancha y le ganaba un
game a Edda, él me regalaba uno de esos billetes.
Antes del partido, fui al vestuario y se lo conté a Edda: "Yo
quiero un billete de 5 pesos, le dije, y mi papá me dijo que si me porto
bien y te gano un game, me lo va a dar"... pero "la
alemana era brava" (tenía unos 6 años más que yo), y su padre
"la tenía... cortita".
Edda me iba ganando 6/0 y 3/0... y yo la miraba fijo... el billete de 5
pesos... 4/0... 5/0, Edda:-"mi papá me dijo que me regala... ",
pues Edda sacó ese game, hizo 2 dobles faltas, mandó una pelota
por encima del cerco, la otra "la enchufó en la red"... y yo
gané mi game y mis 5 pesos.
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