|
|
|
La claridad de claroscuro El título se refiere al film de
Scott Hicks, cuyos casi ignotos actores son Armin Mueller-Stahl ,
Noah Taylor y Geoffrey Russ. Esta película, si usted no la vio en el cine, ya se
consigue en la mayoría de los video clubes. Narra la historia de un niño con extraordinarias dotes musicales, cuyo deseo estaba aparentemente ligado a la música. Relato verídico, doloroso y con un final emotivo. David Helfgott es su nombre. Él amaba la música,
más nunca explotó al máximo sus posibilidades, no llegó a su techo como músico, ¿qué ocurrió?. El recorte que ofrece el film, muestra las siguientes características: una madre ausente, callada y sumisa, un padre salvajemente enamorado de la música, en especial de la
ópera. El concierto para piano número tres, en "re menor" opus 30, de Sergei Rachmaninov era la meta suprema. El sueño anhelado durante toda una vida, fervientemente... por el padre. A David, también le fascinaba, y logra lo que el padre no pudo, ejecutar esta obra, su resultado fue sucumbir emocionalmente ante tamaña proeza. Dejando de lado la patología psíquica del niño, ocurrió que la presión del padre
resultó iatrogénica, torturante para el sujeto. Llevemos ésto al tenis,
un niño dotado, un padre hiper-exigente. Esto ejemplifica un deseo que sucumbe ante la asfixia que provoca el deseo de un tercero (otro) importante. A ello alude "claridad"
en
el título. Será una interesante experiencia compartir esta película con su hijo, con su pareja, con vuestros jugadores. Abrir la posibilidad del debate y la comunicación
fluída, para saber qué quiere el otro. ¿Cuántos David Helfgott hemos
perdido?. No solo en el ámbito de la música, sino en el deporte,
en la medicina, política y toda actividad humana. Todas sin excepción. Interferir por amor es
interferir; ésto puede generar una frustración. El punto será dosificar nuestras ganas en pos del otro, así aparecerán sus expectativas. Por la menor cantidad de David Helfgott posibles.
|