El codo de tenista:
cómo tratar la lesión
Cuando
el dolor se hace permanente, la consulta al médico traumatólogo será de
rigor. Este detectará la afección, asegurará el diagnóstico y medicará
al paciente. A partir de este momento, el tratamiento quedará en manos
del kinesiólogo.
Los
objetivos del tratamiento, que determinarán la cura del mal, podemos
identificarlos claramente:
- Abolición
de la sensibilidad del dolor
- Mayor
irrigación en la zona afectada
- Mejorar
la amplitud articular
- Evitar
adherencias, rigideces y contracturas reflejas
- Mantener
el tono y la nutrición de los tejidos
- La
vuelta a la competencia o a la práctica en el menor tiempo posible
Elementos
para lograr los objetivos:
Existen diversos métodos para la cura del “tennis elbow”, pero entre
los más recomendados se encuentran los siguientes:
- Suministro
de antinflamatoiros recetados por el profesional médico
- Fisioterapia
Electroterapia: Iontoforesis, bloqueo analgésico
Láser, Magnetoterapia, Ultrasonido
- Masajes
mediante la aplicación de cremas analgésicas y antinflamatorias
- Movilizaciones:
activas, pasivas, Kavatt
Además
de estos tratamientos existen otros no menos válidos que cada kinesiólogo
en particular sabrá utilizar de acuerdo a la lesión que sufre cada
deportista.
Sin
perjuicio de todo lo analizado hasta el momento, hay que tener siempre
presente un dato sumamente importante, aplicable a todos los deportistas.
Salvo
casos extremos, el deportista nunca deberá dejar de entrenarse. Aunque
sigan los dolores no se puede “parar” a un deportista, obligándolo a
no realizar ninguna clase de movimientos. En este punto, el plantel
profesional que atiende al jugador (profesor de gimnasia, médico y kinesiólogo)
deberá establecer cuál es el límite permitido a la persona que sufre la
lesión y, cada uno en su especialidad trabajará para que el atleta supere
su afección.
Una
vez comprobada la causa de la lesión y a medida que el dolor va
disminuyendo, el deportista deberá volver al trabajo físico integral.
Lo
más recomendable es comenzar suavemente utilizando movimientos planos.
Este es el más adecuado, porque si se recurre a los efectos por ejemplo,
existe una mayor posibilidad de que la pesa o que se utilice una mala técnica,
resintiendo nuevamente el brazo y retrocediendo en el proceso de curación.
Debe
inculcarse al deportista a que mantenga bien firme su muñeca en el
momento del movimiento para evitar que ésta se afloje, produciendo
como consecuencia dolor. Y este dolor le hace sentir temor al deportista
al moverse. De esta manera se produce un círculo vicioso difícil de
superar.
Aparte
de la importancia de la firmeza de la empuñadura hay que hacer trabajar
al deportista en el fortalecimiento general del codo, en especial, con los
músculos agonistas, antagonistas y sinergistas, junto con las
articulaciones que actúan mayoritariamente.
Una
vez que se han podido dejar atrás los temores, el deportista vuelve a
recuperar la confianza, pega sin temor y se encuentra nuevamente en
condiciones para afrontar el entrenamiento intensivo. El “tennis
elbow” será un problema del pasado.
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