El
colesterol
El
colesterol es un compuesto semejante a las grasas y se lo
encuentra en las células del organismo. Este tiene dos orígenes: el
que produce el organismo principalmente a nivel del hígado y el que se
incorpora con la alimentación diaria. (Los alimentos de origen animal
APORTAN COLESTEROL, los de origen vegetal NO). Los que poseen mayor
cantidad de colesterol son la yema de huevo, las achuras (chinchulín,
molleja, seso, chorizo, etc.), la manteca, la crema, los quesos duros,
los fiambres, carnes grasas y patés.
El
colesterol viaja desde y hasta las
células a través de la sangre por unos transportadores especiales
llamados lipoproteínas. Las más conocidas son las LDL (Low
Density Lipoprotein - lipoproteína de baja densidad)
y las HDL (High Density Lipoprotein - lipoproteína de alta
densidad). Las primeras son las que transportan mayor cantidad de
colesterol desde el hígado hacia los tejidos. Si una persona tiene
elevado colesterol LDL en sangre, éste puede lentamente depositarse en
las paredes internas de las arterias y junto a otras sustancias formar
una capa gruesa y dura que dificultará el paso de la sangre por las
mismas. Este proceso es progresivo y si no lo controlamos podemos llegar
a la ateroesclerosis. El HDL también circula en sangre pero cumple la
función de barrer el colesterol que se deposita en las paredes
arteriales y devolverlo al hígado.
El
nivel de colesterol total puede ubicarse en alguna de estas tres categorías:
Cuando
tus valores están por debajo de 200 mg/dl y no existen otros factores
de riesgo como la hipertensión, la obesidad, la diabetes, etc., podemos
decir que son mínimas las posibilidades de un ataque cardíaco. Si el
valor supera los 200 mg/dl es mejor que vigiles y controles los otros
factores de riesgo, cambies tu forma de alimentarte y realices ejercicio
frecuentemente. Es recomendable si no conoces el valor de colesterol que
te hagas un chequeo médico aunque sea dos veces al año.
No
olvides que sólo tenemos un cuerpo y debemos amarlo.
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