Una
suela para mis zapatillas
En los comienzos de la década del 70, integraba yo una organización
denominada "PromoTenis" cuyo objetivo básico era como lo indica su
propio nombre, la promoción del tenis en todo el país.
Junto a otros profesionales muy destacados, como Gerardo Wortelboer, Ernesto
Ríos y Oscar
Valdivieso, viajamos esta vez a Trelew con esa finalidad.
Allí debíamos realizar una exhibición sobre canchas rápidas, y teniendo
en cuenta mi costumbre de resbalar sobre el polvo de ladrillo, no tuve mejor
idea que encargarle a mi zapatero que le pusiera una suela "de suela"
a mis zapatillas... la cara de sorpresa que puso ante mi pedido, presagiaba que
algo raro iba a suceder.
Cuando las ví terminadas, me dí cuenta que eran pesadísimas, pero no
obstante a ello pensé: -"con esto resbalo espectacular!!!"
Al bajar del avión en Trelew, advertí que con cualquier tipo de suela
sería imposible jugar dado el tremendo viento que allí había; alcanzaría
simplemente con recordar que "sacábamos de abajo" ya que no se podía
exponer la pelota al viento para realizar un saque convencional.
Pude resbalar... lo que no pude es parar!!!
Las zapatillas que me había confeccionado, me permitían deslizarme como una
gacela en una pista de hielo... pero me resultaba imposible frenar. Me llevaba
los bancos por delante, y mis compañeros me pedían a los gritos que volviera
ante cada pelota abierta que me jugaban.
No se imaginan el nivel de las cargadas que recibí. Fue graciosísimo!!!
|