Y en qué
estado está su DNI Hilda?, su ciudadanía argentina?
Sonríe y
dice: - No sé. El diputado Julián Obiglio está
en el proceso de que me concedan la ciudadanía argentina.
Va a ser
un honor para nosotros.
Hilda
vuelve a sonreír… ahora más, aunque con una mezcla de timidez y
agradecimiento.
El
quiere inclusive que ahora yo vaya en Septiembre a alguna sesión a hablar
con los diputados. Me pasó ayer un correo donde me decía que él creía
que esto iba a llegar a un feliz término.
Yo creo
que sí, seguramente.
Si mágicamente
Dios le diera la oportunidad de vivir su vida otra vez, pero con la
experiencia acumulada, qué cambiaría? Lo que quiero preguntarle es
puntualmente, en qué cree que se equivocó?
En
no aceptar la beca cuando era joven, para irme de Cuba.
Le quiero
hacer 2 preguntas más que no tienen mucho que ver con todo esto último que
venimos charlando. Ha tenido alguna salida “de abuela”… sola con sus
nietos?
Sola,
sola, no. He ido a buscarlos al colegio pero acompañada. En realidad no me
muevo sola aún en Buenos Aires, porque no me siento segura al no
conocer.
Sí
he salido a muchísimos lados que me han llamado para ir, pero siempre me
han llevado, así es que todo lo que conozco de Buenos Aires ha sido desde
el auto.
Si Cuba
fuera para Ud., solamente un recuerdo; una larga, controvertida y sinuosa anécdota,
qué pesaría más?, sería una feliz, o una dolorosa anécdota?
Dolorosa.
Sería… es una herida… yo tenía otro camino… España, USA…
Mi hijo ha sufrido mucho. Lo engañaron siendo adolescente. Creció en un país
infernal.
Hilda parece contestar entre la resignación y el
arrepentimiento
Y si ese
recuerdo se materializara en un objeto en que lugar lo pondría?
En
un libro.
De qué
color lo pintaría?
De
blanco, para purificarlo.
Aroma a
qué tendría?
Sonríe y
contesta: - Me toca un tema que me gusta mucho…
me gustan las fragancias búlgaras, pero creo que tendría aroma a
“Mariposa”, que es la flor nacional de Cuba.
Tendría
un número?
El
0 (cero), contesta casi con revanchismo.
Y
finalmente, qué música le pondría a este recuerdo?
Ninguna!
Gracias
Hilda, muchas gracias por haberme dedicado su tiempo. Gracias por su
predisposición al diálogo y por su claridad de conceptos. Gracias porque
en todo momento me ha dejado Ud. la mejor de las impresiones que podría
haberme dejado: la verdad. Y sobre todo, porque hoy, esa, su verdad, parece
transitar una extraña línea donde se mezclan distintas sensaciones. Tiene
Ud. melancolía por su patria y dolor. Tiene daño psicológico y una férrea
voluntad de salvar a las familias cubanas. Tiene excelencia profesional en
medio del lodo de un sistema que la expulsó. Y tiene lo que para Ud. es el
castigo de la lejanía, junto a lo que sin duda es hoy el premio de su
familia cerca y unida.
Solo
quiero pedirle que no vuelva a la cárcel!
Es que no
puedo creer que Ud. aún contemple claramente la posibilidad de volver a
Cuba.
Si su
meta es seguir gritando a los cuatro vientos su verdad. Si su objetivo es
relacionarse con, cada día, más gente para evitar que el actual sistema
calificado por Ud. de perverso, continúe aniquilando las familias cubanas,
Ud. puede hacer esto de manera mucho más eficiente desde afuera que desde
adentro de su país, donde volvería sin duda alguna a ser silenciada,
amenazada y privada de su libertad como lo fue durante los últimos 15 años.
Piénselo
Hilda, Ud. debe vivir donde pueda escribir y expresarse libremente, y ese
lugar no es Cuba… al menos hoy.
Sí,
muchos me dicen eso. Yo aún no sé qué haré. Por ahora permaneceré aquí
hasta que mejore mi mamá. Luego nuestra idea fue siempre regresar juntas.
Lo decidiré más adelante. Seguramente me lo dirá Dios…
Es
que en ese sistema aprendemos a pensar a corto plazo.
Gracias
Hugo, gracias.
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