Pensamiento dirigido a objetivos de rendimiento
En el andar de la mente cada idea se abre camino en diversas direcciones, nuestra atención pasa de una idea a otra y forma una
corriente de pensamiento.
La atención puede ir de una imagen a otra sin dirección con pensamientos que nada tienen que ver
con la acción (ejecución motriz), o puede ocurrir que haga un trabajo
reflexivo, operativo, de análisis de lo sucedido (punto pasado), y
preparación de lo que vendrá (próximo punto), o sea, en una cierta y
definida dirección (respecto a una táctica y estrategia).
La primera de estas alternativas es el vagar de la mente, la segunda es el pensamiento estratégico.
La reflexión es el arma más poderosa que tenemos los seres humanos; nos permite un análisis preciso de la
acción que estamos desarrollando, es importante utilizarla para una rápida
corrección, para analizar lo que hicimos bien, o para un
cambio de rumbo durante el partido.
De esta manera podemos comprender que el triunfo puede suceder si sabemos establecer una disposición preponderante y permanente de la mente donde los pensamientos tengan que ver con la acción y se polaricen con el logro del
objetivo.
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