El futuro del tenis argentino
Presente brillante, ¿futuro negro? 

La realidad del tenis argentino es inmejorable. Abundante cantidad de jugadores compitiendo en el circuito, conquistas en destacados torneos del mundo y posiciones en el ranking, tanto de la ATP como en la WTA, que permiten demostrar el poderío tenístico de la Legión Argentina. Todo esto es admirable y no fue fácil lograrlo, por lo que sería ideal seguir manteniendo este éxito para que el tenis siga ofreciendo alegrías. Entonces surge la cuestión: ¿Se podrá sostener a futuro lo logrado hasta el momento?. El panorama es muy turbio, ya que el problema principal es el económico. Además no hay en el país torneos que otorguen premios elevados, los sponsors son muy pocos y todo se vuelve muy complejo.

La devaluación establecida por el gobierno de Eduardo Duhalde también perjudicó a los chicos que viajan al exterior, debido a que se les hace muy difícil juntar los recursos necesarios para poder comprar los pasajes y alojarse en los lugares donde juegan. El capitán de Copa Davis, Alejandro Gattiker, reconoce que realmente las cosas se van a complicar: “Esperemos que se pueda apoyar lo máximo posible, pero igual no es lo mismo cuando estas viviendo con el uno a uno que ahora con la devaluación. También otra complicación es que en Argentina se estaban organizando alrededor de 20 torneos entre Futures, Challengers y la Copa Ericsson, que ahora no van a estar más y son muy importantes”. La única competencia que hay actualmente para jóvenes que recién se inician en la competición son los torneos de Top Serv, los cuales otorgan premios poco rentables y no dejan puntos de ATP, detalles claves que se necesitan para poder saltar a la elite del tenis mundial.

Por su parte, la Asociación Argentina de Tenis (AAT) sustenta a través del Centro de Alto Rendimiento que funciona en el Buenos Aires Lawn Tennis y es dirigido por Gattiker junto con Gustavo Luza y Luciano Benincassa, dos personas de experiencia en el tenis argentino. La función del Centro es trabajar con chicos de 12 años hasta profesionales de todo el país, y ver su nivel para luego lanzarlos a la competición. Según Hernán Gumy, ex tenista y actual entrenador de Guillermo Cañas, “se debe seguir con este tipo de proyecto porque es muy bueno y además es un excelente programa de base, por eso hay que continuar”.

“La Asociación está haciendo las cosas como puede, se esfuerza al máximo, más allá de que falte dinero”, dice el “Colorado” Gattiker. Sin embargo, las informaciones surgidas durante el primer semestre del año no son nada favorables para la entidad que preside el Ingeniero Enrique Morea. Según un informe del Diario Clarín, desaparecieron 200 mil pesos de la AAT por irregularidades en el área de Tesorería consistentes en el desvío incorrecto de fondos. Igualmente, la cifra sería superior a los 650 mil pesos, aunque el Vicepresidente Arturo Grimaldi niegue este rumor creado por los socios.

El nivel que alcanzaron los tenistas argentinos no fue de casualidad. Muchos de ellos -por no decir todos- actualmente figuran entre los mejores 100 del mundo gracias a esfuerzos individuales. Comenzaron a remar a mediados de la década del noventa para llegar a ser lo que son hoy, protagonistas del circuito. Y si se pone en vista el contexto actual, es posible que en el camino aparezca un nuevo bache, ese que el tenis argentino conoció en los '90.

A principios de la década pasada, una camada de tenistas como Martín Jaite, Guillermo Pérez Roldán, Franco Davin, Gabriel Markus, entre otros, sellaron una etapa en el deporte blanco argentino. Luego hubo que esperar algunos años para que recién aparecieran Javier Frana y más tarde Hernán Gumy. En 1997 había un solo tenista entre los primeros 40 del mundo.

Pero más allá de los problemas, lo positivo es que en el país sobran tenistas. Sobra la ilusión de muchos chicos que miran a las actuales figuras argentinas y por eso se animan a probar cómo se agarra una raqueta. Entre las mayores esperanzas que apuestan a continuar con el éxito de la Legión, están Brian Dabul, a quien Gattiker aprecia mucho y le tiene fe para que triunfe ya que está “muy cerca de llegar y además fue número uno del mundo en juniors”. También están Luciano Vitullo y Lionel Novinski, dos chicos con buenas perspectivas; en tanto que por el lado de las mujeres se ubican Gisella Dulko y Andrea Benitez como otras promesas.

La crisis golpeó a todos y también le tocó al tenis. El tiempo dirá si realmente se puede continuar con este presente triunfal, o si en el futuro todo cambia para peor. Parece injusto imaginar que actualmente los jugadores argentinos estén considerados como los mejores del circuito mundial y que tal vez más adelante no haya ninguno por nombrar. Ojalá que todo esto sea un error y que nada interrumpa el exitoso nivel del tenis argentino.

Mauro Lucas Pianta

 

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