Mundo US Open y el papel de la USTA

Los Grand Slams son los torneos más esperados por los amantes del tenis y los más importantes para los jugadores. Estos se preparan especialmente para actuar en estas competencias que otorgan un excelente puntaje para escalar posiciones en el ranking, y una bolsa gorda en premios. Expectativa, incontable cantidad de personas, glamour, y sobre todo el mejor tenis, se entremezclan en cuatro ciudades del mundo durante el año.

La primer cita es en Melbourne, Australia, donde se realiza el Abierto de ese país que se destaca por el cuidado ecológico y que aprovecha para mostrarlo en un torneo que abre la temporada y que permite anticipar las figuras que se destacarán en lo que resta del año. También tiene la particularidad, como todo Grand Slam, de jugar en una superficie distinta, llamada rebound ace. Luego llega Roland Garros desarrollado en una de las ciudades más bellas del mundo como lo es Paris. El tradicional polvo de ladrillo de las canchas parisinas cuenta como todos los años con grandes figuras que no quieren perderse la oportunidad de jugar en esta superficie que a muchos tenistas le sienta bien. Pocas semanas después, el glamour y el blanco tenístico se lucen en el All England, escenario del legendario torneo de Wimbledon, donde el césped y las lloviznas constantes decoran a la competencia más antigua del tenis. Y por último, como broche de oro, cierra el año el US Open, del cual se va a hacer mención y merece una explicación aparte.

Cada torneo tiene alguna característica por la cual se lo identifica y el Abierto de los Estados Unidos siempre tuvo la particularidad de ser un torneo de alta inversión económica, de prioritario manejo del marketing que se sobrepuso a lo deportivo.

Los números de la ultima edición del US Open (2002), dejan en claro la importancia que significa para la Asociación de Tenis de los Estados Unidos (USTA) este hipercertamen. Cifras que no solo generan un ingreso que asegure el futuro y éxito del último Grand Slam de la temporada, sino que son aprovechables para el desarrollo de programas del tenis local.

Por la última edición del torneo pasaron 628.738 personas, que provocó la concurrencia más alta que se haya registrado en un evento deportivo. Además, la final masculina fue presenciada por 25.215 espectadores, mientras que en la final femenina la cifra estuvo muy cercana a la asistencia de 23.145 fanáticos. Todo un éxito.

La USTA no utiliza estos impresionantes números para sacarlos a relucir por todo el mundo, ni para demostrar el poderío de la competencia norteamericana. También aprovecha todo esto para impulsar el futuro del tenis de su país, otorgando lo recaudado para realizar programas de tenistas para todas las edades y niveles sociales. Y al mismo tiempo, para captar nuevos interesados y así impulsar nuevas promesas del deporte.

El mundo US Open no es solo dos semanas de puro tenis. La USTA está exenta a la organización, pero igualmente saca muchos provechos en esos quince días para desarrollar el tenis de los Estados Unidos y lograr que sea el más dominante del mundo. No es casualidad que durante el 2001 un total de 2.700.000 personas asistieron a torneos organizados por la ATP y WTA en el territorio norteamericano. Ni tampoco que en el 2002 se integraron a la legión que circula por el mundo unos 200.000 jóvenes.

Hay algo que lo diferencia al US Open de los otros tres grandes torneos, aunque esto no quiere decir que tanto el Australian Open, Roland Garros y Wimbledon no den sus réditos. La política de respectivos países también debe tener sus intereses, pero no hay dudas que USA siempre desea ser el mejor y el US Open no es la excepción. Una de las metas que se puso la USTA es “convertir al US Open en el evento deportivo y de entretenimiento más grande del mundo”. Si las cosas siguen marchando así, no hay ninguna duda que van por el camino correcto.

Mauro Lucas Pianta

 

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