Vilas y su primer Grand Slam

"El Dios de la Vincha" a 25 años de Roland Garros

"Idolo: (del griego eidôlon, imagen). Figura de una deidad, adorada como si fuera la divinidad misma. Objeto o persona excesivamente amada".

Guillermo VilasLa reunión era en la cima del monte Olimpo, a 2980 metros por encima del mar Egeo. Zeus, el padre y rey de los dioses y los hombres, el que gobernaba los fenómenos naturales del cielo apoyando a los guerreros y defendiendo el orden, cavilaba. La idea de los dioses del Olimpo era que tenían que crear un nuevo ídolo del deporte, alguien que además de talento sea admirado como un ejemplo de tenacidad, de perseverancia y dedicación.

Fue entonces que el hijo de Cronos pensó que el elegido tenía que reunir la condición de perdurar en el tiempo, de quedar en el recuerdo aún después de varios años de abandonar la práctica activa, de transformarse en un verdadero mito.

La elección recayó en un tenista, de la lejana Argentina, en el extremo sur del continente sudamericano, un hombre de mar (como los dioses del Olimpo, junto al transparente Egeo) oriundo de Mar del Plata. Su nombre terrenal sería Guillermo Vilas, pero entre las huestes de la mitología griega lo iban a entronizar como "El Dios de la Vincha".

En el mes de Junio de 1977, exactamente el día 5, se cumplieron 25 años de que Guillermo Vilas conquistó su primer torneo de Grand Slam, en el parisino polvo de ladrillo de Roland Garros

Luego, en Septiembre, conquistó su segundo Grand Slam, el U.S Open, que entonces se jugaba en Forest Hills. 

En aquella temporada de 1977 Vilas fue el mejor tenista del año. Sin embargo, la computadora de la ATP lo clasificó segundo, y determinó que el número uno de ese año, a pesar de no haber logrado ningún tipo de torneo de Grand Slam, fue Jimmy Connors. Nada más injusto. Esa temporada, Guillermo ganó Roland Garros, el U.S. Open, el Grand Prix (actual Carrera de Campeones), logró el récord de torneos ganados en un año (16) y consiguió otro récord, el de victorias consecutivas en el circuito, 49 en total, que nadie lo ha podido superar hasta ahora, y se duda que nadie jamás lo vuelva a conseguir. 

¿Como se explica este capricho? El ranking de la ATP se confecciona por "average", es decir se elabora un promedio que surge de la suma de puntos obtenidos, por la cantidad de torneos jugados. Por entonces, los grandes competidores del jugador argentino (el propio Connors y el sueco Bjorn Borg) especulaban con jugar pocos torneos y en las superficies que más les convenían. En cambio, Vilas, jugó una cantidad enorme de semanas contínuas, sin descansar ni tiempo para recuperar su físico, y en todo tipo de terreno.

Así, con esfuerzo, uno de sus más grandes atributos, se hizo respetar y por su gran trayectoria como tenista, en la que logró a lo largo de toda su extensa carrera 62 títulos (4 de Grand Slam) y un Masters, encabezando los Grand Prix de tres temporadas ('74; '75; y '77) se ganó un lugar en el "Hall of Fame" (Salón de la Fama) del Museo del Tenis.

Solo le faltó ganar un Grand Slam, Wimbledon, ya que también se impuso en el entonces césped de Australia ('78; y '79).

En relación a la obtención de la conquista de Guillermo en el U.S. Open, producida en Septiembre de 1977, la última vez que se disputó en el recoleto Forest Hills, esto también tiene su historia, ya que a partir del año siguiente de que lo obtuviera Guillermo, comenzó a jugarse en Flushing Meadows

Claro, las necesidades de mercado para los norteamericanos indicaban que no podían seguir permitiendo que europeos y latinoamericanos continúen triunfando en su torneo más importante.

Hasta 1974 el U.S.Open se jugó sobre césped, y el triunfador de ese año había sido el norteamericano Jimmy Connors. Desde 1975 no cambió el escenario (Forest Hills) pero si la superficie, que desde ese año fue "clay", una arcilla sintética, lenta, muy parecida al polvo de ladrillo. Y el español Manolo Orantes fue el ganador de entonces.

En 1977, el zurdo argentino arrasó en el circuito profesional. Y en el match decisivo del máximo torneo norteamericano, enfrentaba a la rutilante figura de su tenis. Y frente a las propias narices de su público, Jimbo fue apabullado por nuestro Guillermo Vilas por un categórico 6-0 en el cuarto set. Y los "yankis" no se bancaron tal humillación, y encima de un latino. Es por eso que al año siguiente trasladaron el torneo a las rápidas y duras superficies de cemento en donde ellos son especialistas.

Pero quién dijo que "nadie es profeta en su tierra"... Guillermo lo consiguió. Ganó todos los "Repúblicas" que jugó. Fue casi imbatible cuando jugamos de locales, en la Copa Davis, en la "Catedral del tenis argentino", el court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club... ¿Qué más se le podía pedir ?

Él logró convertir un deporte que en nuestro medio tenía su historia, sí, pero estaba cincunscripto a una elite de clubes exclusivos (y aquellos que no lo eran, querían asemejarse) para convertirlo en masivo, multitudinario y popular, logrando una verdadera revolución social a través de lo que entonces era conocido como "el deporte blanco". 

Prueba de ello es que lo que hoy se conoce en el circuito internacional como la "armada argentina", por la gran cantidad de tenistas argentinos que participan en el circuito, son fruto de una cosecha que Guillermo comenzó a sembrar en los años 70.

Y una muestra cabal es donde nacieron algunos de nuestros actuales jugadores, por ejemplo el actual número uno de la Argentina, Guillermo Cañas (Tapiales), o su vecino Juan Ignacio Chela (Ciudad Evita), barriadas en las que antes de la irrupción del "Dios de la Vincha" eran impensadas para ser habitadas por tenista alguno. Pero que germinaron, como frutos silvestres, por la acción de los vientos de gloria que soplaron por el vendaval de triunfos deportivos conquistados entonces por Guillermo Vilas.

Oscar Pinco

 

 

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