Asesórese
para asesorar
Digamos
que Ud. se encuentra ante una posibilidad única; tiene un jugador que por
resultados es el mejor de la Argentina, con solo 15 años gana los mejores
torneos de juveniles, muchos de profesionales, tiene resultados
trascendentes en el mundo tenístico internacional y mucho más de lo que
jamás habrá soñado. Ud. se considera afortunado, pero a la vez, tiene
un tremendo problema, la angustia de no saber cómo seguir esta historia.
¿Cómo mejorar y aprovechar todas las cualidades innatas que tiene este
jugador?, ¿Cómo hacer para mejorar sus golpes, su juego? ¿Qué jugar?.
Este es un gran proyecto.
Como
tal, requiere una condición importante de todo gran proyecto, generar un
consejo asesor que le brinde cobertura y guía en las diferentes
decisiones que -en este simple caso es el jugador, pero podría ser un
club, un programa, un country- necesitamos realizar. Simplemente, un
consejo de tres o cuatro personas que le brinden credibilidad y contención
a este proyecto.
Muestra
también, un perfil de apertura, que a diferencia de la naturaleza propia
del deporte, la cual en ciertas ocasiones lleva a reproducir lo que ocurre
dentro de la cancha, jugando uno contra uno, fuera de ella. Donde en vez
de trabajar en conjunto, hacemos de nuestro trabajo una competencia
individual.
Tener
un grupo asesor, nos muestra tan bueno como lo son aquellos, quienes están
asociados con nosotros. Si mi programa es avalado y recibo recomendaciones
por “fulano de tal”, este se percibirá confiable, emprendedor y
seguro. Tanto, como alguien que no tiene problemas en consultar para
recibir ideas y conceptos que favorezcan al jugador, al programa o al
club.
Los
asesores también, son una muestra de garantía, su valor se transfiere
hacia nosotros, garantizando una visión mas amplia en cómo buscamos
tener resultados. Estos con reglas claras, son un medio también, de
mostrar confiabilidad y probación. Son un marco de referencia en la práctica y en la percepción que los demás tendrán de nosotros.
Por
supuesto que para tener un grupo de asesores, se
necesita claridad en la elección y un sistema de cuidado y
responsabilidad sobre ellos. No se puede tener asesores ocasionales
simplemente, su actuación debe estar regida y deben tener reglas claras
de actuación; para qué tener asesores que nos den su opinión si no van
a tener toda la información. Cuidado con ésto.
Por
ello, como toda regla de la vida, donde el sentido de posta funciona, Ud.
está realizando algo con alguien y seguramente posteriormente será su
turno. Ud. será el asesor de otro, quizás joven, quizás una empresa,
quizás una federación o un club, vaya a saber.
Lo que es seguro que en el concepto de apertura y consulta, los
favorecidos serán aquellos que puedan aprender fácilmente de la
experiencia de otros y quienes, sabiendo escuchar, puedan ganar la batalla
de la acción reduciendo el tiempo de espera y de fracasos.
Luego
será su turno.
¿Está
listo para abrirse mentalmente a nuevas alternativas? ¿Puede tener un
consejo asesor que le brinde soluciones que Ud. no conocía? ¿O prefiere
aparentar que ya sabe todo y correr por su cuenta?.
Ciertamente
asesorar es uno de los oficios más antiguos del mundo, con mayores
beneficios y efectividad, aunque quizás, no lo sepa?.
“El
arte de progresar es bastante simple, descubre donde debemos actuar,
pregunte a su equipo como opinan hacerlo y hágalo. Luego de este
progreso, empezamos de nuevo”.
U. Grant
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