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La
otra cara de Roland Garros
El бmbito de Roland Garros se
renueva constantemente. Los aсos de la alborada indumentaria cambiaron de
tono, y la interminable moda transformу con el tiempo, los rigurosos
atuendos del ayer, por otros de confecciуn de prбcticos cortes tintos de
multicolor matнz.
El recinto parisino suele presentar
alternativas anexas a las confrontaciones tenнsticas. Una de ellas se
registrу en 1931 ante espectadores de relevancia internacional, no afines
a la prбctica del tenis. Entre los concurrentes, muy pronto fue
reconocido el famoso channsonier Maurice Chevalier.
En la confrontaciуn final del individual
de caballeros, conquistada por Jean Borotra, йste recibiу el
trofeo de campeуn, al que se sumу otro no previsto. El elogio de Chevalier
consistiу en despojarse de su clбsico rancho y obsequiбrselo.
Borotra hizo propicio el momento
para valorar el gesto del cйlebre artista, convirtiendo el episodio en un
intercambio de tocados, pues le regalу la boina que luciу en esa
final.
Йsta resultу una de las tantas faces de
Roland Garros, un poco artнstica, ciudadana йsta del "tout le
monde".
Los aсos transcurrieron, pero Roland
Garros siempre contу con calificada concurrencia: estadistas, campeones
mundiales de diversos deportes, hombres y mujeres de ciencia y artistas de
alto nivel.
En 1950, Budge Patty, oriundo de
California, intercambiу misivas con las autoridades de un centro
pictуrico de la capital francesa. Convino una fecha coincidente con el
Abierto de Francia. De tal modo, daba rienda suelta a otra pasiуn de su
vida: el tenis, juego del que era eximio cultor y ostentaba tнtulos
universales desde la categorнa juvenil.
De sus pinturas, la prensa especializada
estadounidense no exaltу su talento, pero reconociу las reales
facultades artнsticas de Patty.
Y aquн es conveniente recordar la
opiniуn de Picasso respecto de Winston Churchill, premio Nobel de
Literartura, autor de "Sangre, sudor y lбgrimas", e
"Historia de la Segunda Guerra Mundial", brillante estadista, y
tal vez, extraordinario ser protector de la civilizaciуn, y me aventuro a
decir, del sano habitante del mundo con escrъpulo.
Dijo Picasso sobre las pinturas de Churchill
(otra actividad de Winston que merece ser apreciada): "Estos trazos
obstinados en los marrones, contienen proyecciones profundas de tormentas
ocultas con mensajes universales, donde no prevalece lo culminante, pero
sн la calidad", por lo que estimo que Churchill -no vende sus
pinturas- podrнa hacerlo con el mayor de los йxitos.
Budge Patty: artista y tenista
Una de sus telas -una marina- la expuso
con otras. Su presencia en la galerнa era periуdica, y tambiйn en los
courts de Roland Garros como gladiador, con toques no emanados de la paleta
cromбtica ni pinceles, sino con marco bien elegido, y cuerdas creativas
manejadas con sutil y a la vez vigorosa y diestra mano, que posibilitaron
ser considerado como el mбs firme animador del concurso de Grand Slam, en
el que superaba ronda tras ronda a los mбs calificados rivales.
Buen comunicador social, dentro del
ambiente artнstico galo, cursaba invitaciones verbales para presenciar la
galerнa emparentada circunstancialmente por sus marinas.
Cuando su avance en el cuadro de
competidores, evidenciaba que lo suyo como atleta no resultaba aleatorio,
aumentaba la presencia de interesados en sus pinturas.
Jaroslav Drobny, derrotado por Patty en
el mбximo de sets en la lucha final, fue uno de los ъltimos en observar
la muestra.
Luego de mirar detenidamente las telas,
se explayу con una opiniуn que calу muy hondo en el nuevo campeуn, al
seсalar "Estas obras ponen de manifiesto que Budge Patty luce mбs
como tenista que como artista..."
Nada mбs lejano al elogio. Sin embargo,
esta sentencia arrroja dudas porque Drobny se equivocу. Pese a resultar
derrotado en la justa tenнstica por el californiano, a poco que se
evalъen sus desempeсos, el eslavo por etnia, era definitivamente mejor
tenista.
Para mбs datos, cabe consignar que al
aсo siguiente, el ganador de Roland Garros fue йl, y en 1952,
tambiйn... Sн, Patty, en el evocativo 1950, extendiу su gloria con la
conquista de Wimbledon, pero Drobny ganу en la catedral del tenis en
1954.
Las excelencias, de todos modos, alcanzan
a los dos, mientras Roland Garros sigue su rutilante discurso.
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