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Indio
con diminuto turbante
A nadie sorprende la apariciуn de un
tenista con gorra o vincha en la cancha. Pero sн llamу la atenciуn el
indio Singh, cuando jugу en nuestro medio al promediar
los aсos 60.
Luciу un diminuto turbante,
coronando su cabeza, revelando facetas caractereolуgicas propias del
pueblo que representaba. Parsimonioso, poco efusivo, aparentemente
contenida emotividad, desarrollaba un juego acorde mбs con sus
posibilidades tйcnicas y tбcticas que fнsicas.
Poseedor de un buen saque, oportuno con
la sorpresa del drop, un directo profundo, un nada despreciable revйs,
una volea eficaz en su trayectoria, distinguieron su repertorio. Empero
revelу aspectos dйbiles en la decisiуn de muchas jugadas y no se prodigу
mбs allб de un esfuerzo mediocre, tanto que a ratos uno podнa
sospechar que se dedicaba a practicar gimnasia yoga en lugar de tenis.
Todo йsto habla en el fondo a su favor,
uno se preguntaba quй podrнa hacer un individuo que parecнa saber
tanto, pero que se deslucнa por una abulia que no sabemos si era
resultado de una tбctica evidente.
Singh, con su presentaciуn
adelantу una idea de lo que iba a ocurrir en 1987, cuando el
equipo representativo de la India superу a los argentinos en
confrontaciones dentro del marco de la Copa Universal Davis. Aquella vez,
la variante fue precisa, a punta tal, que nos acordamos del pintoresco Singh.
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