Qué pasa con lo humano?

Cada día son más los requisitos que hay que reunir para llegar a ser un buen jugador de tenis a nivel profesional.

Hay que estar bien dotado física y técnicamente, estar psicológicamente preparado para afrontar las luchas que tienen que ver con la competición y tener recursos económicos para dar los primeros pasos, sean éstos propios o consiguiendo un sponsor. Sobre estos puntos se hace mucho hincapié, se pone mucho esmero, lógico es que así sea. Tanto esmero se pone que se llega al olvido de que el jugador es un ser humano, entonces, qué pasa con esa parte humana que lleva cada jugador?, se la tiene en cuenta?.

Desde chico comencé a escuchar que “el tenis es un deporte individual”, “que para llegar no se puede compartir nada con nadie”. El primer concepto es cierto. El segundo es erróneo. Nos estamos olvidando del afecto que necesita el jugador. Es cierto que el ambiente de los torneos quizá no sea el más propicio para desarrollar la parte afectiva, pero ésta es muy importante.

Son duras luchas las que se presentan en un partido y no es fácil sobrellevar la vida de jugador profesional.

El tenis es individual, eso es indiscutible, pero también existe el dobles, y también hay competencias por equipos. Para mí esto es una clave. Hay que lograr funcionar en equipo para que luego, encontrándose el jugador sólo en la cancha, tenga más fuerzas para luchar.

Busquemos también el apoyo en el otro, ese otro puede ser nuestro entrenador, nuestro padre, el compañero de dobles, un socio del club, y hasta un espectador. Si creemos que solos vamos a poder hacer todo, pobre de nuestra ilusión, se va a caer al precipicio. Es como cuando se nos queda el auto y hay que empujar, si nos ayudan es más fácil; dos empujan, uno en el volante y lo arrancan. En cambio uno solo no puede estar en el volante y empujar a la vez.

Hay muchos ejemplos de trabajo en equipo. Los australianos, los suecos, muchos equipos de Copa Davis. Si ir tan lejos, había ganado Suecia un año la Copa Davis, y el capitán de ese equipo dijo algunas palabras, agradeció a todos los clubes de Suecia, porque gracias a su eficaz funcionamiento ese triunfo había sido posible. En el equipo sueco había muchos grandes jugadores: Bjorkman, Kutti, Larsson, Enqvist, Tillstrom, Norman. Todos eran un equipo, ninguno intentó sobresalir. Esto es algo grande, y todos nosotros podemos aprender de este ejemplo.

Prof. Guillermo Minutella

 

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